José María Velasco y Teotihuacan

 Durante el declive del régimen porfiriato, se despertó un creciente interés por preservar la zona arqueológica de Teotihuacan. Gumersindo Mendoza, quien fuera director del Museo Nacional de México, lideraba expediciones con este propósito, a él se unió José María Velasco, ilustrador y dibujante del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía.

Teotihuacan. 1878. Óleo sobre tela. Velasco.

En marzo de 1877, Velasco pinta “Teotihuacan” un paisaje al óleo que representa las pirámides, hizo dos versiones de las pirámides, una para el Museo Nacional y otra para el historiador Alfredo Chavero. El artista añadió fechas posteriores a las obras. Velasco recibió 70 pesos por su trabajo. La versión en formato reducido, fue creada por el Velasco para que los litógrafos pudieran trabajar y reproducir la imagen en noviembre de 1877 en la prestigiosa revista Anales.

Litografía de Teotihuacan, 1878, Litografía. Velasco.

Velasco retrató los basamentos irregulares del Clásico mesoamericano, cubiertos por árboles. El espectador no puede ver la Calzada de los Muertos, ya que todo es campo y matorrales.

Pirámide del sol en Teotihuacan. 1878, Óleo sobre tela, Velasco.

Estas obras se convirtieron en referencias para Leopoldo Batres, quien se convirtió en el primer inspector y conservador de Monumentos Arqueológicos de la República, por orden de Porfirio Díaz. A Batres le debemos la expropiación de los terrenos para adecuar la zona arqueológica de Teotihuacan en 1907.